Tecnología
Openmailbox, el servicio de correo electrónico que ha cabreado a sus usuarios
¿Conoces Openmailbox? Ya iba siendo hora de que hablásemos de este servicio de correo electrónico que tantas simpatías despertó en su momento. En parte gracias a la comunidad de usuarios de GNU/Linux –especialmente en la hispana – y que ahora, tras unos desafortunados pero nada sorprendentes cambios, está cercenando sin piedad.
Hay voces que culpan al fundador del servicio, y otras que lo defienden llamando hipócritas a los primeros. En las próximas líneas te contamos lo que ha pasado con Openmailbox, el servicio de correo electrónico que ha cabreado a sus usuarios.
¿Cuál fue el germen de servicios como Opnemailbox?
Para quien no conozca la historia, he aquí los antecedentes:
Junio de 2013. Fue en ese momento cuando un tal Edward Snowden destapó el espionaje masivo de la NSA con PRISM, y aunque lo que ocurrió a partir de entonces es imposible de resumir en unas pocas líneas, podemos recordar que el ex-analista de la CIA consiguió algo muy importante: que el problema de la privacidad en Internet fuese asimilado como nunca antes.
Ahora sabemos que no hay privacidad en Internet, que todos los gobiernos nos espían o lo intentan, que todas las empresas trafican con nuestros datos, etc. Un panorama desalentador a simple vista, pero mucho más complejo de tratar que repetir titulares deprimentes, por veraces que en parte sean. Es por eso que no vamos a entrar en semejante debate. Eso sí, había que mencionarlo para explicar por qué desde ese verano mucha más gente comienza a interesarse por software y servicios alternativos de los que dicen respetar la privacidad del usuario.
No es que antes de la aparición en escena de Snowden nos creyésemos que Internet era un mundo seguro y privado, o que no hubiese “software y servicios alternativos de los que dicen respetar la privacidad del usuario”; pero el golpe a la conciencia colectiva fue tal que aún hoy vivimos inmersos en el dilema de privacidad vs comodidad. En el sector tecnológico se tradujo en una explosión de iniciativas de todo tipo en torno a dos premisas básicas: cifrado y respeto por la privacidad. Y multitud de nuevos proyectos se unieron a los que ya existían, “garantizando” siempre ambos extremos.
¿Qué ha pasado con Openmailbox?
Fue en junio de 2013 fue cuando arrancó OpenMailBox y hay detalles en su andadura dignos de mención. No era un servicio de correo electrónico al uso, si no uno que decía respetar la privacidad de sus usuarios de la única manera posible: cifrándolo todo y usando solo software libre, con un modelo de sostenibilidad basado en donaciones, principalmente. Lo más señalado del caso, sin embargo, es que era un proyecto gestionado por una única persona, un joven francés de 16 años llamado Pierre Barre.
¿Por qué romper el silencio ahora? ¿Es tan grave? Por supuesto. OpenMailBox ha cambiado sus condiciones del servicio y las quejas de los usuarios no han tardado en aflorar.
En esencia, han restringido el acceso IMAP y han impuesto otras limitaciones que han complementado con un plan de pago, aunque el gratuito se mantiene. Con algo de retraso también han facilitado a sus antiguos usuarios un mes gratis del nuevo plan de pago. Otra cosa que ha cambiado es el diseño y la información de su sitio web, que sigue incidiendo en la privacidad, pero que ya no menciona nada de software libre y demás. Lo peor, parece ser, es que todos estos cambios se han implantado sin avisar.
Para más detalles acerca de lo que ha pasado con OpenMailBox y las nuevas condiciones del servicio, puedes leer este artículo de victorhck.
¿Y ahora qué?
En consecuencia, el resultado de toda esta historia es que muchos de los que antes usaban y recomendaban OpenMailBox, se han puesto en pie de guerra y reniegan del mismo. Con parte de razón, claro. Lo que pasa es que no todo es blanco o negro. Basta con echar un vistazo a cómo era el sitio de OpenMailBox hace apenas un mes. Podíamos ver la información que ofrecía y algo más: el contador de donaciones para financiar el servicio este año. Son datos importantes por varios motivos.

Conviene señalar que OpenMailBox, además de correo electrónico incluye almacenamiento en la nube con ownCloud, y un medio de ingresos adicional era ampliar el espacio disponible. Eso no ha cambiado, pero parece que no generaba lo suficiente como para sufragar los gastos de los usuarios gratuitos, no hablemos ya de las donaciones, a un 70% de cumplir el objetivo para este 2017.
Una canción que se repetía cada año, y por lo que se cuenta, con usuarios de sobra como para financiarlo con mucho menos de un euro por cabeza (en este artículo de LiGNux en 2015 hablan de 100.000 usuarios activos, pero como no aportan ninguna fuente y no he encontrado más reseña que esa, mi estimación es extremadamente a la baja).
Lo más relevante de este asunto sí es culpa de los usuarios. Entiendo que resulta mucho más idílico que un joven y concienciado emprendedor monte algo como OpenMailBox, a que lo hagan empresas o proyectos de clara proyección comercial como son Proton Mail o Tutanota, pero es que un servicio de estos sin auditorías regulares por partes confiables no debería ser confiable para nadie, valga la redundancia.