Hay películas que no te llaman la atención a priori, pero que les das una oportunidad por el hype que se monta alrededor de ellas y te sorprenden. La La Land – La ciudad de las estrellas es una de ellas. Fui al cine con pocas expectativas, sin saber lo que me iba a encontrar, ya que solo sabía que había sido ganadora de 7 Globos de Oro. No me fío mucho de la crítica, y más cuando ciertas películas ganan según que premios cuando sus competidoras son infinitamente mejores.

Generar muchas expectativas sobre un producto es muy arriesgado, porque aunque este sea muy bueno puede decepcionar. Damien Chazelle nos ha traído una propuesta diferente para lo que tenemos visto últimamente en cartelera. Acostumbrados a precuelas, secuelas o similares, esta película en particular te va conquistando poco a poco, fotograma a fotograma.

La La Land – La ciudad de las estrellas, ¿merece la pena?

Esta película lejos de ser un musical sin fundamento, nos mete de lleno en una historia de amor entre dos personas que buscan el éxito en la ciudad de los sueños. Una historia aborda los pros y contras del éxito en sus respectivas carreras. Que nos muestra como debe ser el verdadero amor, sin toxicidades y sin anteponer el interés personal al beneficio de quien amas.

Para meternos de lleno en la historia, Ryan Gosling y Emma Stone nos muestran una química sorprendente que hace que ames a los personajes. No se trata de la típica película en que todo es color de rosas, y que se van felices comiendo perdices. Chazelle nos muestra una historia de amor progresiva (con cantos y bailes incluidos) que tendrá que demostrar su fuerza en un punto determinante para la historia de ambos personajes.

Un film que hace ciertos guiños a peculiaridades de la industria cinematográfica y que a mi, como espectador, me ha encantado. No es una obra maestra, pero tiene algo que hace que te guste. Una banda sonora que se te mete en la cabeza y quieras cantarla, que te mete de lleno en lo duro que puede resultar el amor si se lo propone. Una oda a los románticos y soñadores que te hará imaginar como sería que toda la sala se pusiera a bailar. La historia entre un apasionado del jazz y una aspirante a actriz.

¿Aún no te he convencido de verla? Te recomiendo que le des una oportunidad y luego me comentes que te ha parecido.