Hace escasas horas que han sido presentados los terminales estrella de Samsung. El Samsung Galaxy S8 y su hermano el S8+ vienen para reinar en la gama alta de este año con puño de hierro, y es que sus rivales lo tienen difícil para imponerse a ellos. Sin embargo, estos terminales no son lo mejor que podía haber sacado Samsung, ni mucho menos. Es por ello que hoy venimos a recomendarte que no, que no te los compres.

Por qué no deberías comprar el Samsung Galaxy S8

Durante los últimos meses el hype por el Galaxy S8 se ha disparado hasta cotas imposibles. Sin embargo, hoy en la presentación nos han dejado un tanto fríos, y es que hay algunos detalles que no te los podemos perdonar, Samsung. Uno de ellos es la inclusión del lector de huellas junto a la cámara. Sí, ya sabemos que estábamos más que avisados. Sin embargo, habiendo podido invertir más e incorporarlo en pantalla, esta ubicación es incomprensible.

A esto tenemos que sumarle que siga ubicando el altavoz en la parte inferior. Aunque los marcos son bastante reducidos, sabemos de marcas -nadie ha pensado en Sony, ¿verdad?- que habrían podido incorporarlos en ese espacio. También podríamos hablar de esos escasos 3000 mAh en el caso del hermano menor. No sabemos aún cómo de eficientes serán el Exynos 8895 y el Snapdragon 835, pero lo van a tener difícil para que lleguemos al día de uso sin pasar por un enchufe.

Sin embargo, no todo se acaba aquí. Y es que en el apartado fotográfico esperábamos más, mucho más. Oímos hablar de la posible grabación a 1000 FPS, algo que no han mencionado en la presentación. Tampoco vemos una mejora sustancial en la cámara trasera -la de selfies sí ha sido bastante mejorada-, ya que, al menos numéricamente, no pensamos que ese mínimo descenso de la apertura focal vaya a suponer una revolución.

En otras palabras, el Samsung Galaxy S8 es una muy buena idea a la que le falta pulido. Ese pulido que llegará con el Note 8, y por el que no te recomendamos comprarte el nuevo S8.